La actividad económica en 2023 cerró con una caída de 1,2% a nivel trimestral, luego de las contracciones del primer y segundo trimestre de ese año, durante el tercero y cuarto trimestre la economía logró recuperarse pero a un nivel insuficiente para revertir las disminuciones de los primeros seis meses.
Este resultado se explica por una caída en el gasto real de consumo, reflejado en una retracción de la recaudación real del IVA y por una contracción real del gasto del gobierno. Por su parte, la liquidez monetaria real durante el cuarto trimestre, también reflejó una menor transaccionalidad como expresión de la menor producción y ventas reportadas por los sectores de manufactura y comercio. La no recuperación del poder de compra del ingreso de los hogares, subyace a la raíz de este mediocre desempeño económico.
De esta manera, la declinación de la actividad económica no petrolera (-10%) no pudo compensar el crecimiento promedio de 12,4% en la actividad petrolera. La actividad no petrolera representa el 88% del PIB por actividades y su dinámica ejerce un efecto dominante sobre el desempeño de la economía.