En medio de una economía con evidentes signos de contracción, la tasa de inflación no da tregua. Así, en mayo de 2023, la tasa de inflación mensual alcanzó a 7,6%, la acumulada a 84,9% y la anualizada 458%. Respecto a abril, la tasa mensual de inflación se triplicó aunque la tasa de doce meses se desaceleró.
Este comportamiento de la inflación está ocurriendo en un entorno donde los signos de una significativa caída del nivel de actividad son indiscutibles, ostensibles en menores ventas del comercio y una producción industrial que se contrajo durante el primer trimestre de 2023. Similarmente la debilidad de la demanda agregada es notoria debido a que los salarios y pensiones del sector público están pronunciadamente rezagados con respecto a la inflación y la ejecución del gasto por parte del gobierno es muy baja.
Al comparar la cifra de 7,6% de inflación durante mayo respecto al aumento del tipo de cambio de 8,5% en el mismo mes, es clara la estrecha relación entre ambas variables, no obstante, como se mencionó, la debilidad de la demanda, explicada por la política de compresión salarial que ha venido aplicando el gobierno.
A nivel de los principales componentes que conforman el Índice Nacional de Precios al Consumidor, destacan los aumentos experimentados por los rubros Esparcimiento 13,3%, Vestido y Calzado 16,7%, Equipamiento del Hogar 11,4% y Alquiler de Vivienda 10,3%. Los alimentos que habían tenido alzas modestas, en mayo se incrementaron 6,5%. Todo ello pone de manifiesto, que la política económica aplicada ha sido ineficaz para contener el alza de precios, aún con la retracción inducida de la demanda agregada.